28 jun 2011

Juntos a la par

  ¿Que? ¿Cómo que si le quiero escribir algo por el cumple? La cosa no es al revés? Cuando llega la parte que ella me lee algo sobre mi, y me da la vela? ¿Qué? ¿COMO QUE NO QUIERE FIESTA? Pero ya compre el traje… ¿Qué hago ahora? Ok, me dieron una hoja, pero me parece que me va a sobrar espacio. ¿Puedo usar lo que sobra para el asado? No!? Uh, bueno…

  Empecemos por el principio. Así como con Clara, lo primero que voy a hacer es contarte el primer contacto que tuve. Todo empezó cuando mama y papa plantaron una semillita, que se la trajo la cigüeña de Paris. La semilla creció, a tal punto que al final salio un repollo y vino con una nena adentro. Bueno…no se bien como, pero la cuestión fue que un día nos sentaron a Juli y a mi en el tablón (ahora que lo pienso, cada vez que nos sientan en el tablón viene un pibe…OJO!) y nos preguntaron si teníamos ganas de tener un hermanito. Yo dije que si pero si era nene. Nena no, nene. La cosa fue que en el repollo vino una nena, con unos ojos así, mira, así de grandes y verdes (según vos).
  Me acuerdo que cuando yo era chiquito, el abuelo me contaba que el siempre tenia la escopeta guardada por si venia algún chico a buscar a las tías. A mi me quedo esa imagen de que uno siempre tenia que ser guardabosques y tenia que cuidar a las hijas. Pero después entendí que ese rol lo ocupaba el, porque era el hombre mas cercano a ellas…no tenían hermanos. Entonces con el tiempo tuve que ir asumiendo ese rol. Por un lado ser el hermano menor, y por otro ser el hermano mayor. Porque eso es lo que hacemos los hermanos del medio. Pero como es el cumple tuyo, en este caso y solo por este rato…voy a ser el hermano mayor.
   Con 8 años tenia que ser hermano mayor! Y para eso necesite recorrer mi camino, experimentar un poco, conocer bien todo para cuando te toque empezar a recorrer el tuyo, poder guiarte y llevarte por el mejor. Tal vez por eso los primeros años no fuimos los “amigos” que somos ahora. De alguna manera fui preparando el camino para recorrerlo juntos. A medida que fuimos creciendo (de edad, que no te mientan como a mi…vamos a ser siempre petizos), me fui dando cuenta que no necesitaba ninguna escopeta, a pesar de que siempre iba a cuidar lo que quiero, podía hacerlo sin ningún tipo de arma, mas que demostrar cuanto quiere uno a alguien. Y por ahí no soy de decirlo, ni de demostrarlo todo el tiempo con palabras soy mas de demostrarlo con acciones. Que si me tengo que plantar con el que sea para ahorrarte lagrimas, lo hago. Que si tengo que perder tiempo explicándote para qué carajo sirve la X en matemática, lo hago. Que si tengo que levantarme para ir a buscarte a donde sea, lo hago. Que si tengo que prestarte plata, por mas que sepa que no vuelve nunca, lo hago. Y si tengo que llorar por escribirte una carta para tus 15, lo hago. Que si me pedís la mano para cruzar la calle, o para acompañarte a donde tenga que ir…lo voy a hacer. Porque yo asumí ese rol de hermano mayor, el responsable de marcarte el camino, de enseñarte para donde hay que ir y para donde no. Pero siempre de la mano, porque así es como van los hermanos por la vida…de la mano. Y porque cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla. Ya no es tuya, esta unida a la del otro, las dos manos son una. Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros. Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Porque NUNCA VOY A SOLTARTE LA MANO, PASE LO QUE PASE...

Te quiero mucho, y felices quince.

Manu.


13 jun 2011

Las Despedidas Son...

   15hs, en punto. Domingo 12 de Junio de 2011. Una fecha que quisiera que no existiera, y olvidarme lo mas rápido posible pero probablemente no me olvide por muchísimo tiempo, para ser mas preciso, por el resto de mi vida. Como dijo un sabio: “Las despedidas son de esos dolores dulces”.

   Tengo una mezcla de sensaciones, ganas de gritarte GRACIAS POR TODO y por otro lado, NO TE VAYAS POR FAVOR! Estoy como bastante sensible con el tema. Veo una foto y se me llenan los ojos de lágrimas, de hecho…estoy llorando. Y como no voy a llorar, si crecí viéndote. Cuando llegaste a Boca tenia 10 años, mi pasión por el futbol y por una camiseta creció con Palermo. Como no voy a llorar si me acuerdo como si fuera ayer aquellos dos goles al Real, previo gol con la muleta. Gol a Perú con tu cuota de heroísmo, que si no había lluvia, ultima jugada y por si faltaba algo…en Offside, no valía. El gol a Grecia que debo reconocer, cada vez que lo veo se me llenan los ojos de lagrimas y un nudo en la panza. Todavía tengo la imagen de aquel gol a Velez de cabeza que si prestan atención, atrás del arco baja un pibe con remera blanca gritando. Gracias a ese chico yo me di cuenta que la pelota entro. A medida que la pelota iba en viaje me iba diciendo para mi mismo “Entra por favor, entra por favor” (de mas esta decir que estuve en la cancha, a la espalda de Martin). Y como no llorar con el ultimo gol a River (uno mas), y ahí fue el mismo instante que dije ‘no te podes ir, no puede ser que se retire’.

   Pero si, se retira y de la mejor manera. Y ahí voy, a despedirte de la mejor manera. A devolver de alguna manera TODO lo que me diste. Veré si cuando vuelva de la cancha estoy con ánimos de escribir algo, seguiré con mi nota. Sino esto quedara trunco, pero sepan entender. Ahí voy.

   Llegue. Había más gente que en un súper clásico. Desde el mismo momento que empezamos con “Muchas gracias Palermo, muchas gracias Palermo” empecé a mirar para los costados, y ya había lagrimas. No me sentí solo por lo menos! El resultado, para mi, fue solo anecdótico. Lo importante esa noche no era si Lucchetti podía cortar un centro o no, lo importante era que te ibas y te devolvimos, aunque sea una sola noche, todo lo que hiciste por Boca. La verdad que de los videos no vi nada, los tenía de espaldas pero no hacia falta ver, las voces eran como estar viéndolo. Seria muy difícil, casi imposible para mí, poder llegar a transmitir lo que sentí ayer. Ni una milésima parte de lo que llegue a sentir voy a poder contarlo con palabras que estén a la altura. Este tipo es lo mas fuerte que me paso en el futbol. Ayer llegue de la cancha y me puse a hablar con mi padrino de por que no fue (etc.), me dijo que verlo desde afuera fue como la despedida del Diego, imagínenme a mi en la cancha…se despedía MI ídolo, con la camiseta que YO quiero, en la cancha que YO quiero.

   No quiero agregar mas nada, de hecho si pudiera borrar todo lo que escribí antes, lo haría. Definitivamente intente reflejar lo que sentí, pero es imposible. Alguno que haya estado ayer, me va a entender. Lo único que quiero agregar, es que algún dia le voy a poder contar a mis nietos que yo estuve en la cancha despidiendo a Martin Palermo.

   Te voy a extrañar…